Esa tarta cambió mi vida



Ayer ojeaba uno de mis blogs favoritos -Kireei-, cuando vi esta receta de Molly Wizenberg que me cautivó. Me encantó la historia y el valor emocional de la tarta, y me pareció que tenía tanto chocolate puro y tanta mantequilla que tenía que probarla de inmediato. Tenía uno de esos días de estar en casa aplatanada sin ni siquiera lavarme la cara, pero me puse unos vaqueros, cogí la bolsa de la compra y bajé al Consum a por ingredientes.

La receta es facilísima y el resultado me compromete a decir que es, sin duda alguna, lo más rico que ha salido nunca de mi horno. Yo, además, le he añadido nueces -efecto brownil- y la he servido con nata líquida por encima.

Y, sin darme cuenta, he hecho un súper Faces in Places.

2 comentarios:

  1. no me creo que lo de la carita fuera casual.. aunque te ha salido con expresión enfadada!! me encanta que bloguees más a menudo, y me encanta tu manera de hacer de lo cotidiano, algo extraordinario! un besazo amiga!

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