El día de la calabaza y las carnes no convencionales

Una de las consecuencias de estar en paro es la dificultad de concentrarse en nada que no sea perder el tiempo de manera desorbitada. Hoy es un día excepcional, a partir de hoy, y como ya contaré más adelante, formo parte de un programa de aprovechamiento del tiempo e incremento de la productividad pensado por David y diseñado por ambos mientras comíamos tarta y bebíamos vermut.

Hoy he:
-Recogido la ropa del tendedero.
-Puesto la lavadora.
-Tendido la ropa
-Recibido a los albañiles que, muy amablemente, han tapado el agujero del tamaño de una oveja adulta que practicaron ayer en el techo del baño.
-Dejado entrar a una señora que había perdido un gato y lo había avistado cerca de mi terraza -el gato se ha ido alejando más y más y no ha respondido a la lata de comida que agitaba la señora-.
-Escuchado historias a propósito de vecinos que debía conocer y no conozco de manos de la propietaria del gato, que puede que vuelva luego si vuelve a ver al gato rondando por aquí.
-Estudiado l'anteriorité, la simultaneité y la posteriorité.
-Hablado media hora por teléfono con Sandra.
-Recuperado el interés por el blog.

Hasta hoy, en lo que consideraré a partir de ahora unos meses oscuros en mi biografía, la mayor parte de los días se consumían delante del ordenador explotando mi reciente suscripción a Megavideo. Y cocinando. Cocinar es lo único productivo que hago, porque, por lo demás, soy un ama de casa lamentable. No me gusta limpiar, lo reconozco, me gusta hacer pasteles.

El domingo, por ejemplo, fue el día de la calabaza, lo que ya le he contado a todo el mundo como dato gracioso. Herví una calabaza pequeña y con ella hice cous cous con calabaza y cebolla, mini quiches de calabaza, bizcocho de calabaza y magdalenas de calabaza con chocolate fundido por encima. Debo decir que me sobró un poco y tuve que congelar un minitupper de calabaza para un futuro no muy lejano.


Por otra parte, y siguiendo con la comida, ayer probé la carne de avestruz -versión hamburguesa de Filo, mi carnicería favorita del mercado - y descubrí que las avestruces, como casi toso, saben a ternera, sin más. ¿Será que comemos pollo y ternera como paradigmas de los sabores universales? Aunque, ¿no deberían saber las avestruces a pollo?


2 comentarios:

  1. me parece super bien que recuperes el interés por el blog, porque escribes muy gracioso y muy ordenado y eso no es muy habitual por estos lares. a veces me echo las manos a la cabeza cuando leo según qué blogs (con muchas, muchas visitas). pero a la gente le dan igual las habilidades de redacción de las bloggers, será porque ellos escriben igual de mal y no lo aprecian.
    en fin, que sí, que escribas más. y no hagas lo de la polaroid, que se ve muy oscuro y chiquitajo, pon las fotos lo más grande que puedas, que eso siempre queda muy pro. arreglas los niveles en photoshop y ya.

    igual pruebo la tarta fácil de ultra-chocolate para una merienda que tengo este finde. lo único es que a mi el choco no me apasiona. la mantequilla sí. la mantequilla es guay.

    MUA!

    ResponderEliminar
  2. gracias mil por tus ánimos y consejos, hermosa!! intentaré poner las fotos gigantes, pero como están hechas con el iphone quedarán un poco roñosicas.
    estoy contigo en lo de los espantos narrativos de gran parte de los blogs, y los extiendo a las revistas, los periódicos y, no sé por qué pero no falla, a los libros sobre historia de la moda. queda repelente y pelota, pero te digo con sinceridad que el tuyo es uno de los poquísimos blogs españoles que leo porque me gusta lo que escribes y cómo lo escribes. me divierto y me siento identificada con los ritmos de escritura!

    haz la tarta por el bien de tus invitados, está muy muy buena y aporta un montón de felicidad. mi hombre no es muy fan del chocolate y le encantó! y si lees lo que cuentan en Kireei sobre la autora te encandilará!

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails